Sede Institucional

Casa Osambela


A su llegada, los españoles encontraron en el Valle Bajo de Lima cacicazgos como los de Surco, Lima, Collique, Huarochirí y Amancaes. Los Taulichusco, sus descendientes y líderes locales, fueron desplazados gradualmente y confinados en Magdalena. En este proceso, se destruyeron huacas, templos y edificios prehispánicos para dar paso a la expansión de la Ciudad de los Reyes, con solares y huertas asignados a los conquistadores.

La nueva ciudad, trazada por Pizarro en damero alrededor de la Plaza Mayor, creció rápidamente. Se construyeron el Cabildo, la Catedral, el Palacio del Gobernador, numerosas iglesias y conventos, además de casas señoriales. Lima adquirió una singular fisonomía, elegante y ostentosa. A finales del siglo XVI, ya era la capital del Virreinato del Perú, la ciudad más importante y hermosa del Pacífico.

Durante los siglos XVII y XVIII, Lima vivió momentos de esplendor y decadencia. Su arquitectura reflejó influencias barrocas, rococó y neoclásicas, destacando en construcciones como iglesias, palacios y casas señoriales. Sin embargo, la ciudad también sufrió los estragos de frecuentes terremotos, como los de 1637 y 1746, que obligaron a renovaciones y modificaciones.

En la época republicana del siglo XIX, la arquitectura adoptó características neoclásicas, fusionando elementos virreinales con nuevas tendencias europeas. Con el gobierno de Nicolás de Piérola, Lima inició un renacimiento constructivo, caracterizado por el urbanismo y el estilo francés. La apertura de la Avenida Colmena consolidó el perfil de Lima como una gran ciudad moderna, eje de una capital que mira al futuro.

Entre las construcciones más reconocidas, tanto arquitectónicamente como representativamente del periodo decimonónico, se encuentra la Casa Osambela (también denominada Casa Oquendo), lugar donde hoy se encuentran las sedes institucionales de la Academia Peruana de la Lengua, Academia Nacional de Medicina, -por supuesto- Academia Nacional de la Historia, entre otros.

Es un edificio ubicado en la calle Matavilela, conocido como la Casa del Conde de Superunda o Santo Domingo, fue construido como casa-habitación por don Martín de Osambela, un rico comerciante naviero. Este adquirió el terreno mediante un contrato enfitéutico con los dominicos y realizó la edificación después del terremoto de 1746, comenzando en el año 1799.

Es una de las primeras casas de Lima que constituye una excepción a las ordenanzas municipales del siglo XVIII, las cuales prohibían la construcción de casas de más de dos pisos. La portada se eleva desde la base hasta el mirador que la corona, el cual permitía al señor Osambela observar con un catalejo la llegada de sus barcos al Callao. La casa fue edificada en un pequeño terreno que había sido seminario de la Orden de Santo Domingo.

Su fachada es una de las más destacadas de la ciudad virreinal, conformada por un gran zaguán que da acceso a un amplio patio principal, rodeado de aposentos principales. Desde este patio, se accede a un segundo patio lateral que conecta con más habitaciones.

Desde el primer patio, una escalera conduce a los pisos superiores, donde hay grandes salones con numerosas ventanas y balcones, decorados con barandales que dan al patio. En el tercer piso se encuentran pequeñas habitaciones frontales bajo el mirador, que ocupa una posición sobresaliente en la casona.

Las evidencias encontradas en excavaciones sugieren que fue una gran mansión con fina madera tallada, donde sus habitantes vivieron con gran opulencia, usando vajillas y costumbres europeas. Lamentablemente, los terremotos que afectaron la casona no permitieron conservar todas sus características originales.

En 1837, la señora María Mesa adquirió la casa judicialmente, y en 1854 aparece en el catastro de Lima como propiedad de la señora Úrsula Oquendo. La última ocupación y uso de la casa fue por parte de una institución, quedando posteriormente desocupada para su restauración.

Desde la Casa de Nicolás de Rivera El Viejo se puede observar, al frente, hacia la izquierda, el desarrollo de una de las fachadas de mayor prestancia en la Lima de fines del Virreinato: la de la Casa de Oquendo [o de Osambela].

Se trata de un excelente ejemplo de arquitectura limeña, no precisamente por su pureza de estilo, sino por la superposición y fusión en una sola unidad característica de las diferentes etapas artísticas que se sucedieron a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Aunque la casa fue terminada entre 1803 y 1805, su estilo es dieciochesco y luce mucho de las galas de la arquitectura Luis XVI; pilastras neo-clásicas, capiteles jónicos con guirnaldas, arcos rebajados en segmento de círculo, copas con flores. La decoración, como la francesa, es fina y tiene poco relieve. En la portada ésta decoración crea una continuidad plástica vertical que unifica los tramos de los tres pisos.

Asimismo, en otra publicación señala que:

Es notable esta verticalidad continua de la composición que el mirador octogonal remata y exalta, y que contrasta en forma tan elocuente con la amplia horizontalidad de la fachada. Los balcones, que no son del frecuente tipo corrido y calado, forman pequeñas unidades rítmicas que unifican la fachada de un extremo al otro y tienen la apariencia de armarios de lunas expuestos a la calle.

Uno de los aspectos más interesantes de esa casa es la caja de la escalera principal. La escalera está techada con dos pequeñas y altas farolas de madera, por las que se filtra una luz de diafanidad extraordinaria. Desde el patio, observando el mirador, se tiene un hermoso aspecto de sucesión de barandales en cascada que acusan los pisos superpuestos.

Hacia la segunda mita del siglo XX fue cedida en uso a las academias de la Lengua, Derecho, Medicina, Ciencias e Historia. Al día de hoy ha sido testigo de diversos eventos académico-culturales organizados por las academias que en conjunto la cuidan y sostienen. Ha quedado -sin embargo- en una pausa de actividades y uso debido a sus condiciones de deterioro, estas están siendo manejadas por los organismos competentes.

Referencias

  • Junta Deliberante Metropolitana de Monumentos (1988) Casa Osambela o Casa Oquendo. Instituto Nacional de Cultura
  • Velarde, H. (1971) Itinerarios de Lima. Guía de monumentos y sitios históricos. Editorial Universitaria. pp: 34-35